sábado, 5 de abril de 2014

Despertar blanco (II)

Es tan raro ver una nevada gorda en mi ciudad... Y sin embargo ayer cayó lo que nadie recuerda en mucho tiempo. Tanto, que hoy, un día después, todavía los edificios tienen un sombrero blanco de más de un palmo. Lo peor de todo es tener que salir de casa: por donde hay que pasar, la nieve quedó reducida a una fina capa convertida ahora en hielo, con lo cual tenemos una maravillosa pista de hielo. ¡Y sin necesidad de usar patines!

Pero a mí "que me quiten lo bailao". Después de parsarme toda la mañana de ayer viendo como el manto se espesaba por momentos, y de no poder disfrutarlo con nadie, me desquité por la tarde.

Teníamos clase, pero no vinieron, así que nos fuimos a dar un paseo hasta las 5 por el canal y al volver, tuvimos hora y media de guerra. Primero atacando a los 3 que venían a clase y después, defendiéndonos de los 15 que empezaron a bombardearnos mientras hacíamos un muñeco de nieve de ¡mi altura! Lo pasamos bien. Y lo interrumpimos porque uno esperaba en la puerta. Así que foto de rigor y colacao caliente.

Lástima que al salir, ya hubieran destrozado el muñeco

No hay comentarios:

Publicar un comentario